Cómo mantener a raya a los germanos III: El Parque Arqueológico de Xanten.

Esta es la tercera entrada de este pequeño especial dedicado a las fortalezas romanas y sus colonias construidas para mantener a raya a los romanos. Más que un relato histórico, hago la excepción para describir las instalaciones en las que actualmente podemos ver las ruinas de Colonia Ulpia Trajana, cuya historia repasamos ayer, y que como he dicho anteriormente, son ampliamente recomendables.

Xanten es un pequeño pueblo de origen medieval situado en el oeste-noroeste de Alemania, alrededor de 50 kilómetros al norte de Dusseldorf y muy cercano a la frontera con los Países Bajos. Llegué en tren desde Colonia, su hermana más conocida, en un viaje que duró unas dos horas haciendo trasbordo en Duisburg, pero podía DSC_0226haber llegado antes si mi cartera me permitiese pagar los trenes rápidos, o si hubiese ido en coche. En todo caso, y a pesar de que ese domingo brillaba un sol maravilloso, el día anterior había caído una copiosa nevada y el paisaje navideño me acompañó y alegró los minutos. Una vez en la estación de Xanten, tuve que caminar medio kilómetro para llegar al centro del pueblo y admirar su gran catedral medieval, construida, por cierto, con piedras de los antiguos templos y edificios romanos. Un par de calles hacia el norte, me encontré con una enorme muralla de piedra y un molino de esos que adornan las postales convertido en un café. Siguiendo la muralla, encontré por fin la entrada y me dirigí por puro instinto hacia lo que parecía ser la taquilla del parque, que por el frío intenso de aquella mañana (-4º C), estaba casi desierto.

La Puerta Norte de Colonia Ulpia Trajana.

La Puerta Norte de Colonia Ulpia Trajana.

La entrada al complejo cuesta 9 Euros para adultos y 3 para niños, e incluye la visita al museo de las termas romanas. Me entregaron un folleto con un mapa, en alemán, aunque debo confesar que no se me ocurrió preguntar si lo tenían en otros idiomas. Mea culpa. La señorita que vendía las entradas me dio una breve recomendación del trayecto que debía seguir para hacer mi recorrido de la manera más eficiente, y luego pude ver que el folleto señalaba el mismo camino. El primer edificio en el camino es el anfiteatro, obviamente no tan majestuoso ni tan grande como el Coliseo Romano, pero si lo suficiente para comprender el gusto de nuestros antepasados latinos por los juegos y espectáculos. Aparte de la arena central y un tercio de las gradas que han sido reconstruidas, pueden admirarse los vomitorios y los túneles por los que entraban gladiadores y animales al centro de la plaza, y por todos ellos hay exposiciones multimedia sobre los usos que se daba al anfiteatro y, en especial, a los célebres luchadores de la antigua Roma. Lo que más me llamó la atención, sin embargo, fue la vista de uno de estos edificios cubierto de nieve, que como digo en el vídeo a continuación, normalmente visitamos bajo los calores infernales del Mediterráneo.

Un par de cientos de metros al norte del mini-coliseo, se encuentra la llamada Villa Romana, un inmueble totalmente reconstruido que muestra cómo era la vida diaria de sus habitantes, sus estancias, muebles, cocinas y jardines, estos últimos con una sección dedicada a la hortaliza particular de la villa, que bien explica los usos que los cocineros romanos hacían de las diferentes hierbas, aunque estas últimas estaban ese día cubiertas de hielo. Ahí mismo, hay un bar-restaurante para hacer un descanso o calentarse el interior.

La Villa Romana (CUT).

La Villa Romana (CUT).

En otro bloque cercano se levanta el “Templo del Puerto”, llamado así más que nada porque se desconoce a qué Dios estaba dedicado, y está muy cercano a las instalaciones portuarias de Colonia Ulpia Trajana en el Rin. Aunque no está completo y sólo pueden verse algunas columnas, su tamaño e si impresiona, especialmente cuando estamos hablando de uno de los muchos templos, en una relativamente pequeña población romana, que en tiempos del imperio, no pasó de los 10.000 habitantes. Eso sí, se puede admirar el portentoso trabajo que los escultores aplicaron en los capiteles corintios que adornan las columnas con sus hijas de acanto y sus tallos de los que nacen los caulículos en las cuatro esquinas (volutas o espirales), típicos de ese estilo arquitectónico. La zona del templo estaba supuestamente cerrada por trabajos de recuperación, pero como podéis ver en las fotos, pude acercarme lo suficiente sin traspasar las vallas.

El Templo del Puerto.

El Templo del Puerto.

En el centro de las 83 hectáreas que tiene el parque hallamos varios edificios, no muy grandes, de construcción moderna en los que hay diversas exposiciones relacionadas con la vida diaria de los romanos y, en especial, con sus oficios. Hay uno de dicado a la construcción, otro a la carpintería y uno más a los carruajes, este último debido a DSC_0337que en la zona se encontraron los restos bien preservados de una carroza romana de madera. En todos estos mini-museos, y durante el verano, se llevan a cabo múltiples actividades dirigidas a los más pequeños, un acento en el que todo el parque pone especial atención y del que luego hablaremos también en el museo. Ya estoy planeando una futura visita con el sobrino medio teutón. Por cierto, sorprende encontrar muy cerca de este sector, y dentro del área correspondiente a la antigua ciudad, parcelas privadas, a lo que mi guía explicó que los administradores no han querido expropiar por la fuerza esos terrenos, pero que poco a poco, los herederos de los terrenos, en su mayoría en manos de personas mayores, venden al parque tan pronto como estos fallecen, y sin querer dar un pelotazo.

Por último, me acerco al imponente edificio de cristal y acero que alberga el museo y las termas. En un día tan frío no hay colas y me cuesta encontrar la entrada, pero aprovecho la vuelta para ver los alrededores, donde por cierto, hay un baños públicos, de esos que tanto éxito han tenido entre mis lectores. Pero una vez dentro,aparte del gusto de entrar en calor, me emocioné al ver lo bien diseñado que está el museo y la amabilidad de sus empleados. Me ofrecieron una visita guiada por dos Euros y acepté sin miramientos. Por casualidad, a esa hora era yo el único apuntado, y la encargada de darme el tour me preguntó si lo quería en inglés o en alemán. Le dije que me daba igual, pero ella prefirió hacerlo en inglés “para practicar”.

Lo primero que llama la atención es lo bien que el museo está preparado para recibir niños. Hay muchas exposiciones en las que todo se puede tocar, y de hecho lo incentivan. Hay también talleres en los que los enanos pueden vestirse de centurión o de gladiador, y obviamente, pintarse las caritas. Eso sí, los artefactos antiguos están muy bien resguardados tras vitrinas. Hay armas, restos de armaduras, joyas, estatuillas y una gran maqueta de Colonia Ulpia Trajana en sus tiempos de esplendor, donde se puede admirar el típico trazado en cuadrícula de cualquier ciudad romana, con excepción de la capital.

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El recorrido empieza con una breve reseña a los antiguos pobladores de la zona, antes de que llegaran las legiones. Eran tribus germánicas muy primitivas, que apenas practicaban la agricultura y basaban su economía en la ganadería. La aparición de los romanos les cambió la vida, literalmente, para bien y para mal, pues es verdad que lo soldados de Augusto no eran precisamente los mejores invitados, DSC_0357pero también que la cultura, la tecnología y la vida más cómoda de los romanos traía muchas ventajas. Mi guía me cuenta cómo vivían los habitantes de CUT, y cómo sin excepción practicaban la tradición romana de los baños, cuyas ruinas podré admirar al final de la visita. También narra el ocaso y desaparición de la colonia, a finales del siglo IV, y cómo durante el siglo XX y, en especial después de la Segunda Guerra Mundial, la economía sufría, los líderes de Xanten decidieron preparar las hasta entonces abandonadas ruinas para convertirlas en un atractivo turístico. Sus primeros visitantes, me cuenta, fueron los soldados británicos.

Y como ya estaba planeado, al final de la visita guiada me adentro en las termas, cubiertas por una estructura de hierro y cristal que marca, muy inteligentemente, los límites de la construcción original. En mi vida he visitado ya varias ruinas de baños romanos y esto, pero su tamaño, me recuerdan mucho a los de Complutum, pero el entorno y su cubierta le dan un toque mágico.

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Ruinas de las termas.

Pasé unas cuatro horas en el Parque Arqueológico de Xanten, y hubiese estado más tiempo si no fuera por las gélidas temperaturas de un 28 de diciembre. Hace 18 años ya había estado ahí, pero las instalaciones no eran tan extensas ni estaban  adecuadas para aprender al máximo la historia de Colonia Ulpia Trajana y me quito el sombrero ante el gran trabajo que sus administradores actuales han hecho para revivirla. No soy el mejor de los guías, pero espero hayáis disfrutado de esta reseña, lo suficiente como para que os pique el gusanito de visitarla algún día, y que con vuestros comentarios me ayudéis a corregirla y aumentarla.

Más vídeos y fotos:

 

 

(Otro vídeo, no mío pero más extenso)

15 thoughts on “Cómo mantener a raya a los germanos III: El Parque Arqueológico de Xanten.

  1. Ya me dan ganas de visitar la Colonia Ulpina, me encanta cuando alguien se atreve de verdad con las restauraciones cuando estas se ajustan a la realidad histórica. Buenas fotos y buena reseña.

    Quizás me desvío del tema pero siempre me he preguntado porqué no se reconstruye eficazmente. Por ejemplo el Coliseo, Pompeya o el Partenón en su estado original, en todo su esplendor. En este último caso son unas pocas toneladas de mármol del país, una nimiedad comparado con los presupuestos de Grecia, aunque por desgracia no está ahora para muchas alegrias.

    Del Partenón lo sabemos todo de él porque aún está en su sitio y conservamos sus magníficos frisos en el British Museum. Me quedé tan de piedra como ellos al comtemplarlos, nadie alcanzó tal perfección esculpiendo la humanidad. Me gustaría ver al templo completo, renovado y en su sitio ¿Por qué damos por mejores, mas válidas y mas históricas las horribles mutilaciones que han sufrido muchos monumentos, incluso con artillería pesada en ese caso concreto, a lo largo de los siglos?

    Pongamos un ejemplo, si en Barcelona se quemara el teatro del Liceo (es un supuesto….:), ¿deberíamos mantener sus ruinas o reconstruirlo? Hoy, gracias a los historiadores e ingenieros tenemos medios para reconstruir todo lo que sea relevante, mas y mejor que nunca.

    • Hola Tomás,
      el tema de las restauraciones es muy complejo, pero estos contigo en que muchas veces deberíamos hacerlo, pues aprendemos más viendo cómo eran los edificios de nuestros antepasados que con sólo unas piedras. El mejor ejemplo que conozco lo encontramos en Roma. Como bien sabes, hay varios museos donde podemos admirar las ruinas de la antigua capital del mundo, pero como sucede en el Foro, sólo hay restos rotos, muy admirables, sí, pero que complican mucho la tarea de entender la vida diaria de nuestros antepasados. Por otra parte, existe un museo poco conocido en el sur de Roma, el Museo de la Civilta, en el que todas las piezas son maquetas y reconstrucciones de cómo era la ciudad en el pasado. Este último es mi favorito, pues aunque casi nada es antiguo, me permite adentrarme más en la historia. Te lo recomiendo si no has estado.
      Ahora bien, también hay un tema recurrente sobre las ruinas de ciudades antiguas que creo debe ser analizado, y Roma es también un buen ejemplo.
      Los pobres ciudadanos de la actual capital italiana no pueden prácticamente mejorar sus instalaciones porque, doquiera que rascan un poco, encuentran ruinas romanas. Entiendo que debemos recuperar aquellas que puedan enseñarnos algo, pero de ahí a no permitir a una ciudad evolucionar, creo que exageramos un poco…:P
      Muchas gracias por tu comentario y tu valiosa aportación al debate.
      Un cordial saludo.

    • Lo es Anne, ojalá y un día tengas la oportunidad de visitarlo, yo me ofrezco de guía…:P
      Muchas gracias por comentar. Un besín.

  2. Hola Jesús,
    gracias por acercarme este lugar. De hecho no solo me lo has dado a conocer sino que es casi como si hubiera estado por tu documentada información. Como te decía anteriormente, el Anfiteatro parece magnífico. Ya solo me queda ir.
    Abrazos germanos.

    • Hola Francisco,
      Es un lugar muy interesante, eso sí, recomiendo ir mejor en otra estación, y no tanto por la nueve o el frío, que personalmente disfruto, sino porque en invierno no tienen los talleres y los espectáculos del anfiteatro. Por cierto, en alguno de los grupos de facebook, pero ahora no recuerdo cual, alguien me dejó un vídeo hecho ahí la primavera pasada, y muestra el anfiteatro lleno, con luchas de gladiadores en la arena…a ver si te animas, desde tu casa llegas en un día…:P
      Muchas gracias por comentar. Un abrazo.

  3. Te dejé un comentario en la primera parte de los romanos-germanos. no se el motivo de no verlo. Esa parte de Alemania la conozco, Koblenza, Colonia, Düsseldorf. Trier (la Porta Nigra), pero se me escapó esa parte que tan bien describes, que lástima, todo no puede ser…a pesar de que voy a Alemania de vez en cuando, no creo que vaya de nuevo por alli, por lo tanto leo con gusto tu aportación. Los videos están bien y tu voz… jejeje… paraece de locutor.
    Abrazos,

    • Hola Rosa,
      según yo tengo todo lo anterior respondido, pero me fijaré mejor.
      Las ciudades alemanas que mencionas, con excepción, en mi opinión, de Düsseldorf, son muy bonitas, a pesar de la enorme destrucción que sufrieron durante la SGM. Pero lo que más me gusta a mí, es la herencia romana que se puede encontrar por toda la región, desde el mismo nombre de Colonia, hasta la miriada de fortalezas que se pueden encontrar, varias de ellas, como es el caso de Xanten, reconstruidas y abiertas como centros de aprendizaje. Eso sí, los guías locales son mejores que yo…;9
      Muchas gracias guapa por comentar.
      Un cordial saludo.

  4. Hola Jesús, las gracias las debemos a tu blog, faltaría más.

    Por supuesto no me refería a respetar ni a reconstruir cualquier cimentación datada en la Roma de Augusto ni en la Atenas de Pericles, solo a unos monumentos muy concretos que para nada afectan al normal desarrollo urbanístico de los romanos o los atenienses contemporáneos. En Roma, Alejandría o Estambul sería una locura “preveservarlo todo”. Se debería evacuar a millones de personas de sus viviendas.

    Me gustan las maquetas históricas, son un millón de veces más baratas y comprensibles que las originales. Mucho mejor y mas barato que reconstruir a escala 1-1 toda una ciudad que a día de hoy es otra muy distinta.

    Toda esa inquietud mía viene de un «trauma» juvenil. Hace muchos años visité el anfiteatro de Sagunto simplemente porque estaba en tránsito y me sobraban unas horas hasta el próximo autobús. Recuerdo que me sorprendieron todas aquellas losas de mármol, talladas a máquina y perfectamente cimentadas encima de las muy erosionadas piedras originales. Por aquel entonces yo estudiaba una carrera técnica, de historia lo básico, aprendida mal y a trompicones como ahora, pero ¿era aquello lo correcto?

    Entonces decidí unilateralmente que no estaba bien, pero ahora no sé qué pensar. De ser el arquitecto que diseñó el anfiteatro, me gustaría que conservaran mi obra en todo su esplendor, renovándola si fuera necesario con el mejor mármol disponible en cada momento. El deterioro físico y estructural no es una virtud del tiempo, es una hijoputez suya debida a la atmósfera tan agresiva en la que vivimos. En la Luna esas cosas no pasarían y se preservarían por millones de años.

    Probablemente me faltaba y sigue faltando toda la información de gente que ha estudiado muchísimo mas que yo.

    Saludos,

    • Hola Tomás,
      no he estado nunca en Sagunto, pero estoy al tanto del «trabajo» realizado en el teatro. Me parece fatal, un delito contra el bien patrimonial español, y estoy en contra de cualquier tipo de reconstrucción que no respete el original. Hay muchas ruinas que merecen ser reconstruidas, en mi opinión cuando no se trata de una intervención muy extensa y cuando el resultado puede aportar más al estudio que las ruinas en sí, pero hay tras que simplemente no merecen la pena. Desgraciadamente, muchas veces este tipo de proyectos son impulsados y dirigidos por políticos en aras de mejorar su imagen pública, y no por los verdaderos estudiosos dl tema.
      Te agradezco mucho tu aportación, un punto de vista muy interesante y valioso.
      Un abrazo.

    • Hola Andrés,
      yo tardé unas 3-4 horas, pero eso porque había algunas secciones cerradas por el frío. Según me contaron, en verano hay tantas actividades que las familias pueden pasar ahí el día entero.
      Todo el parque es muy grande, y ya solo pasear entre las ruinas te puede llevar un par de horas. El Museo en sí, otra hora, pero la verdad es que creo que me quedé corto y espero volver en otra época para ver el resto.
      Suerte y gracias!
      Un saludo.

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